Es bien sabido que el agua es un elemento natural omnipresente; su presencia o ausencia condiciona como pocos la existencia de la vida y en gran medida de la sociedad. Nos ha “esculpido” como especie y ha sido uno de los condicionantes fundamentales de nuestra sociedad. Echando una mirada hacia atrás podemos ver como la forma en que cada sociedad afrontado su relación con el agua ha condicionado su éxito o fracaso. En nuestras manos está, en gran medida, lo que somos, seremos y sobre todo lo que dejaremos a las generaciones futuras para que puedan ser y decidir.